Revista sobre educación y liderazgo educativo DYLE Nº 1

DYLE Nº 1

Monográfico

Educación y derechos humanos, diversidad cultural e inclusión social

Pilar Alonso Duarte

FEAE. Extremadura

En pleno siglo XXI y en una mesa con este título , sería imperdonable no referirse a uno de los aspectos más importantes que afecta, tanto en la superficie como en lo profundo del sistema, a todos los países presentes en este Congreso.

No me refiero a minorías, no lo somos, aunque en todas tenemos presencia; ni a desplazamiento o refugio de personas, donde también se nos puede encontrar; ni a violación de los DERECHOS HUMANOS en un ámbito concreto, pues, sea el que sea, ahí estamos.

LAS MUJERES hemos padecido históricamente y padecemos en la actualidad la profunda injusticia de ver cómo se nos arrebata a diario el contenido del artículo I de la Declaración Universal de los DERECHOS HUMANOS, que dice:

Artículo 1. Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.

Nacemos libres e iguales y, a medida que vamos creciendo, las distintas sociedades nos educan y presentan como seres inferiores, sustentando y manteniendo la sociedad patriarcal, que pretende justificar desde la biología la inequidad y la asignación preestablecida de funciones en el orden social.

La ONU ha denominado al siglo XXI EL SIGLO DE LAS MUJERES . Pero si tomamos como referencia sus propios informes los datos hablan por sí mismos:

 

    • SALARIOS:
      Alrededor del 50 % de las mujeres de todo el mundo tiene un salario remunerado.
      Sin embargo, las mujeres ganan entre un 10 % y un 30 % menos que los hombres por realizar el mismo trabajo.

 

    • CONFLICTOS:
      En 2000, la resolución 1325 de Naciones Unidas reconoció que la guerra repercute de forma distinta en las mujeres e hizo hincapié en la necesidad de incrementar su participación en las conversaciones de paz.
      Sin embargo, entre 1992 y 2011 , sólo el 9 % de los negociadores en las mesas de paz eran mujeres.

 

    • POLÍTICA:
      El porcentaje de mujeres en los Parlamentos se ha duplicado en los últimos 20 años.
      Pero las mujeres en la actualidad sólo representan el 22 % de las y los parlamentarios.

 

    • PERSONAL DIRECTIVO:
      24 Directivas más que en 1998, lideran empresas que aparecen en la lista FORTUNE 500.
      No obstante representan tan solo el 5 % de las personas que aparecen en esa lista.

 

    • EDUCACION:
      Todas las regiones casi han conseguido la paridad en educación primaria.
      Sin embargo, en muchos países, aumenta la disparidad entre los sexos aumenta en la Educación Secundaria y Superior.

 

  • VIOLENCIA:
    La declaración sobre la eliminación de la violencia contra las mujeres de 1993 supone un marco para la acción.
    Sin embargo, una de cada tres mujeres sigue sufriendo violencia física o sexual, principalmente a manos de su compañero sentimental.

    (FUENTE: ONU MUJERES)

Son muchos los retos a los que nos enfrentamos y, entre todos ellos, la educación ocupa un lugar preeminente. De forma irregular se implementan políticas de género en las Leyes Educativas y, de forma bastante más regular, se dificulta su puesta en práctica. Estamos lejos de co-educar, a pesar del gran número de mujeres que trabajamos en la enseñanza. “Más difícil que cambiar las leyes es cambiar las mentalidades”, decía Victoria Camps. Basta con analizar los libros de texto que se utilizan en la mayoría de centros de enseñanza, donde se perpetúan los roles asignados a cada género, tanto en las ilustraciones como en los contenidos. Y no podemos olvidar que hay muchos países en los que el enfoque de género en educación se desacredita argumentando que es un instrumento para adoctrinar a los educandos. En estos momentos, a nuestras compañeras y compañeros de Brasil algo les suena de esa “escuela sin partido”.

En el mundo del trabajo, todavía se mantiene la doble jornada para la mayoría de las mujeres y los años de crisis han agudizado la dedicación al cuidado de la familia, hijos y personas dependientes.

Las cifras de violencia de género son insostenibles. En España, en el mes de enero de 2019 llevamos ya ocho asesinatos. Y siguen creciendo las agresiones sexuales, sin que se acaben de modificar las leyes que las minimizan.

Pero junto a todos estos retos, también está creciendo en todo el mundo un movimiento imparable de mujeres. A través de la iniciativa “Mee Too” en Estados Unidos, o de “#Cuéntalo” han salido a la luz muchos de los abusos y agresiones que se mantenían encubiertos. La huelga feminista del 8 de marzo del 2018 y la que se prevé para el 2019 dan cuenta de este movimiento. Iniciativas como la de “No sin mujeres” mediante la que intelectuales de los distintos campos de la ciencia se niegan a participar en debates y coloquios en los que no haya mujeres expertas, nos habla de la incorporación de los varones a la defensa de la igualdad. El reconocimiento por parte de la RAE del término SORORIDAD y los grandes esfuerzos por manejar un lenguaje inclusivo, en el que todas y todos tengamos cabida.

La lucha de las mujeres es muy larga y, tal vez, un siglo no sea suficiente para asumir que construir la igualdad no es promover que las mujeres adoptemos el modelo masculino, sino que supone todo un revulsivo en el campo de los valores y en el discurso moral y ético de la sociedad.